Saga Batalla de los Cuernos de Hattin (FINAL VIII LIGA SAGA)
Publicado: Sab Ago 22, 2020 12:51 pm
Antecedentes históricos "Batalla de los Cuernos de Hattin (1.187)"
El 1 de mayo de 1187, Saladino derrotó en la batalla de Seforia a las tropas de Gérard de Ridefort, y tras ello siguió su ruta para sitiar la ciudad de Tiberíades, pero con la idea de atraer a las tropas cristianas y así enfrentarlas en un terreno que le fuera favorable.
La esposa de Raimundo de Trípoli, parapetada en la ciudadela de Tiberíades, llamó en su socorro al rey de Jerusalén, Guido de Lusignan, y a su esposo, quien se encontraba en Seforia. El mensajero no tuvo ninguna dificultad en franquear las líneas enemigas, Saladino quería que los cristianos francos estuvieran al corriente del sitio.
El ejército cristiano reunido en Seforia, hicieron un consejo por orden del rey donde inicialmente Raimundo III de Trípoli se inclinó por dejar caer Tiberíades, y el rey y los barones reunidos estuvieron de acuerdo en que esperarían hasta que Saladino fuera hacia ellos.
Pero Gerardo de Ridefort dolido por el fracaso de Seforia, aprovechó la debilidad del rey para convencerlo de que atacase.
El día 3, al alba, el rey hizo levantar el campamento y el ejército se dirigió hacia Tiberíades. Durante la marcha también se les unieron unidades de caballeros cruzados de diversas órdenes monásticas.
El camino del 3 de julio fue espantoso para los cristianos, el calor era asfixiante, las fuentes estaban secas por orden de Saladino que solo dejó las que ellos utilizaban y sufrían el hostigamiento de la caballería ligera de Saladino que inflingía grandes bajas en escaramuzas y emboscadas. Los caballos comenzaron a flaquear y algunos murieron, los caballeros echaron pie a tierra, pero avanzar a pie con sus pesados equipos les agotaba.
Guy de Lusignan se dio cuenta de su error y estuvo de acuerdo con Raimundo de Trípoli en dar un rodeo hacía el pueblo de Hattin, donde se encontraba un pozo de agua.
Pero Saladino había previsto la maniobra y había situado sus tropas para cortarles el paso.
El rey decidió establecer un campamento para pasar la noche en esa meseta, con las reservas de agua agotadas, los hombres dormian con todos sus atavíos de batalla, por miedo a verse sorprendidos durante la noche.
A algunos cientos de metros percibían las risas y los cantos de los musulmanes. Esa misma noche Saladino trajo el resto de sus tropas desde Cafarsset.
Mientras que los cristianos perecían de sed, el ejército musulmán disponía de una caravana de camellos para transportar agua desde el llago Tiberiades. También disponían del único pozo que estaba en el pueblo de Hattin.
Los hombres de Saladino reunieron leña de las colinas cercanas, en esa época del año está llenas de cardos secos, y la apilaron a barlovento del campamento cristiano para ser encendida a la mañana siguiente y a lo largo del eje de marcha previsto de los cristianos.
A la mañana siguiente el ejército reanudó su marcha, tenían que alcanzar el pozo de agua. Las tres columnas se desplegaron entre las dos colinas volcánicas, los llamados Cuernos de Hattin.
Avanzó primero Raimundo de Tripoli, seguido de Guido de Lusignan y a retaguardia Balian de Ibelín, situaron la caballería en el centro protegida por los flancos y la retaguardia por la infantería con el fin de protegerles de los arqueros a caballo. La caballería musulmana les seguía acosando y los cuerpos de batalla se separaron.
Las tropas de Saladino prendieron fuego a las hierbas secas, asfixiando a los francos con el humo.
Saladino se tomó su tiempo. Prosiguió sus ataques de acoso sin prisa por lanzarse al asalto final. Para el rey de Jerusalén, no había más que una salida, abrir la vía hacia Hattin: atravesar la barrera enemiga.
A medio día, la vanguardia cruzada había llegado a las estribaciones de los cuernos de Hattín, Guido ordenó a Raimundo de Trípoli cargar con sus caballeros. Taqi al-Din, sobrino de Saladino, al mando de esa barrera que cerraba el paso entre los dos cuernos, abrió la formación para permitir el paso de la caballería, pero lo cerró inmediatamente después, Los hombres de Taqi al-Din regresaron rapidamente a sus posiciones de la cima del camino, haciendo imposible que Raimundo pudiera volver a la carga en el estrecho y pendiente sendero. Al verse incapaces de ir en ayuda de su camarada, Raimundo no tenia otra alternativa que continuar su marcha a través de los campos pasando de largo los Cuernos de Hattin y Wadi Hamman hasta el lago Tiberiades, continuando cabalgando al norte hacia Tiro.
En el resto de la vanguardia, con una gran confusion entre las filas cristianas provocó que la infanteria cristiana primero se dirigió al noreste para apoyar la carga de Raimundo, intentando seguirle con la esperanza de escapar, pero una vez que la senda de Hattin quedó cerrada de nuevo, se dirigieron hacia el Cuerno Norte, escalaron el Cuerno y se encontraron detrás con un precipicio, quedando atrapados entre éste y las tropas musulmanas. Los musulmanes atacaron el Cuerno Norte de Hattin por todos los lados. Las laderas eran demasiado escarpadas para la caballería. La infantería musulmana atacó a los soldados cristianos y tras una dura batalla los cristianos que no habían muerto o se habían arrojado por el precipicio se rindieron.
La Vera Cruz fue capturada por la division de Taqi al-Din que efectuó un fiero ataque después de que dejara escapar al conde Raimundo y que el obispo de Acre, que transportaba la Cruz fuese muerto, la sagrada reliquia la recuperó el obispo de Lidde que intentando salvarla la llevó al cuerno Sur, antes de que cayera en las manos de Taqi al-Din, provocando un efecto moral devastador entre los cristianos.
Mientras, la caballería de Saladino estaba cargado a los otros dos cuerpos, el rey vio entonces la posición estratégica del cuerno sur de Hattin refugiándose en esa altura. Mientras la infantería musulmana conquistaba el Cuerno Norte, el Cuerno Sur era vigilado por la caballeria musulmana mandada por Taqi al-Din, los caballeros cruzados que aún tenian caballos se reagruparon en esa pequeña llanura y efectuaron dos vigorosas contracargas, una de las cuales consiguió llegar casi hasta donde se encontraba el mismo Saladino, albergaban la esperanza de matar al sultán y robar la victoria en el mismo momento de la derrota.
Un gran numero de caballeros de la retaguardia latina, entre los que se encontraba su jefe, Balian de Ibelin, consiguieron escapar ya cerca del final de la batalla.
Una vez tomado el Cuerno Norte, Saladino dirigió todos sus esfuerzos para tomar el Cuerno Sur, lanzó el último asalto para apoderarse de la tienda roja del rey.
La noche del 4 de julio todo había acabado. Guido de Lusignan fue hecho prisionero, al igual que Reinaldo de Châtillon, el peor enemigo de Saladino. En su propia tienda y tal y como Saladino había prometido, le cortó la cabeza a Reinaldo de Châtillon con sus propias manos. El resto de los prisioneros llego el 6 de julio a Damasco donde Saladino tomo una decision que ha sido considerada como una mancha en su historial humanitario, todos los templarios y hospitalarios cautivos tuvieron que elegir entre convertirse al islam o ser ejecutados, por lo que 230 de ellos fueron matados. Algunos otros caballeros y jefes fueron rescatados con dinero y muchos de los soldados de infantería pasaron a ser esclavos.
Los muertos musulmanes fueron enterrados con honor.